META
DEL ENTRENADOR: CONSEGUIR UN GRUPO UNIDO
Cuando
un grupo de jugadores se reúnen para jugar un partido de fútbol, tiene lugar
una emocionante ceremonia destinada a establecer a quienes integran ambos
bandos.
Generalmente
dos jugadores se enfrentan en un sorteo y luego cada uno de ellos elige
alternativamente a sus compañeros.
Pocos
habréis reparado en el contenido dramático
de estos lances. El jugador que está esperando a ser elegido vive una
situación que pocas veces se da en la vida: sabrá de un modo brutal y exacto en
qué medida lo aceptan o rechazan. Sin eufemismo, conocerá su verdadera posición
en el grupo.
Un
determinado jugador, cuando hacía de elector, observamos que sus decisiones no
siempre recaían sobre los más hábiles, a lo largo del tiempo llegamos a comprender
que lo que de verdad le importaba, era jugar con sus amigos más queridos,
aunque no fuesen los mejor dotados técnicamente.
Puede
parecer un criterio apenas sentimental, pero es por encima de todo
táctico-estratégico: uno juega mejor con sus amigos. Ellos serán generosos, lo
ayudarán, lo comprenderán, lo apoyarán, lo alentarán y lo perdonarán.
UN
EQUIPO DE HOMBRES QUE SE RESPETAN Y SE QUIEREN SERÁ INVENCIBLE. Y si no lo es,
más vale compartir la derrota con los amigos, que la victoria con los
indeseables.
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